jueves, 22 de marzo de 2012

Exposición sobre empresa sociedad y organización

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Mentefacto sobre la administracion

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Ensayo el futuro de la administración de Gary hamel

                     Ensayo de el futuro de la administración
Gary Hamel.
Últimos años, proceso administración visto troncado cambios mínimos poco transcendentales, mas bien mantenido aquellas teorías siglo pasado donde enfoque hacia productividad poco interés e importancia hombre como parte fundamental proceso productivo mantenido riendas administración. Hoy pleno siglo XXL muchas compañías grandes mundo utilizan teorías como grandes pensadores administrativos como Frederick Winslow Taylor, Max Weber. Edwards Deming, Daniel McCallum, cuales aplican a plenitud. Estas teorías pesar ser gran salto evolución administración precisamente no son mejores pro cumplir máximo objetivo organizaciones, pues poco nada ayudan maximizar rendimientos, satisfacer necesidades generar bienestar cliente interno externo. Par teorías como Teoría “Y” alcanzaron divisar parte importancia hombre. Como vemos futuro administración? Hay muchas preguntas hacemos sobre futuro administración unas ellas son ¿Cómo estarán organizadas dirigidas compañías mas exitosas mañana? ¿Qué harán, o no harán, gerentes empresas lideres sorprendería directivos empresas hoy? O mejor ¿Podemos imaginar  cambios drásticos manera como moviliza organiza esfuerzo humano años por venir? No nos angustiemos si nuestra respuesta “No”. Si pensamos poco que cambiado administración últimos años raro sea difícil imaginar como va ser próximos años. Cuando compara cambios hemos tenido último medio siglo tecnología, estilos vida geopolítica hemos dado cuenta práctica gerencial evolucionado paso tortuga. Si director ejecutivo años 60 estuviera aquí no habría duda asombraría flexibilidad abastecimiento operan cadenas  tiempo real capacidad  tienen para prestarle servicio clientes  24 horas día , 7 días semana, igual encontraría muchos rituales regían vida corporativa uno o dos generaciones atrás. Es posible jerarquías sean mas planas, pero  no han desaparecido. Puede suceder empleados estén primera línea sean mas capacitados, estén mas preparados pero igual forma tienen ser obedientes ante decisiones ejecutivos. Aún gerentes nivel superior son encargados nombrar gerentes nivel inferior. Decisiones todavía toman personas cargos salarios todavía altos, posible este momento haya menos gerentes nivel medio la nomina, pero los que han quedado siguen haciendo lo que hacían gerentes siempre: instalar presupuestos, asignar actividades, motivar subalternos para hagan mejor cosas. ¿Por qué parece administración este estancada especie suspensión temporal? Quizá sea por que hemos llegado final administración sentido cual Francis Fukuyama  sostiene hemos llegado final historia. Si democracia liberal  final larga búsqueda humanidad autonomía política, quizá administración moderna, como evolucionado durante último siglo sea respuesta final eterna pregunta cómo añadir mas efectivamente esfuerzo humano. Quizá hayamos aprendido como dominar hasta cierto punto ciencia organizar seres humanos. De pronto hayan solucionado mayoría problemas administración. Talentoso biólogo Stuart kauffman ex alumno Santa Fe Instutive, se vale noción  “paisaje adaptivo” para mostrar límites productivos. Hizo ejemplo: cordillera alegórica kauffman, picos mas altos representan niveles superiores evolución vez especie adapta cambia, remonta cada vez picos mas altos cordillera. Con tiempo hay cada vez menos rutas lleven hacia arriba muchas mas lleven hacia abajo. Pienso que puede ser desgracia evolución moderna. Tras evolucionar rápidamente durante mitad siglo XX “tecnología” administración conquistado cumbre nacional. No tarta difamar sobre logros administración. Si usted tiene dos vehículos garaje, televisor todas alcobas, aparato digital todos bolsillos gracias inventos administración moderna. Innovaciones institucionales como sociedades acciones ley  patentes abrieron camino para progreso económico moderno; desde teléfono hasta microprocesador aportaron buena parte combustible fue gracias invento administración industrial principios siglo XX. Podría decir aparato administración moderna constituido análisis  varianza, presupuestos capital, planeación estratégica demás uno grandes inventos humanidad, digno figurar lado  fuego,  escritura democracia. Pensemos estudiante universitario  gasta menos pasaje aéreo a Fort Laurderdale lo que gasta licor receso primavera, ama casa exigente no importa hecho costoso supermercado ofrezca más 20 productos vinagre balsámico, todos esos seres junto otros dos mil millones deberían posternarse templos erigidos honor Frederick Winslow Taylor, Max Weber. Edwards Deming, Daniel McCallum todos los demás apóstoles administración moderna. Inventos como vehículo gasolina Gottlieb Daimler cual hizo aparición 1886 por lo general comienzan lentamente. Tristemente adolescencia ruidosa e inventiva administración quedado atrás casi siglo. Mayoría herramientas técnicas esenciales de administración moderna fueron inventadas personas nacidas siglo XLX, no mucho tiempo después  de guerra civil, Estados Unidos. Esos pioneros inventaron descripciones normalizadas, cargos métodos, trabajo protocolos, planear, programar producción, dominaron contabilidad costos, análisis rentabilidad desarrollaron controles financieros detallados, crearon departamentos personal, ya 1930 habían diseñado la arquitectura básica. Democracia todavía tiene montañas remontar casi dos mil quinientos años nacimiento antigua Grecia, seria pecar de arrogantes suponer después un siglo avances, gerencia moderna haya agotado propio potencial evolutivo. Hecho peses sus logros indiscutibles según hasta fecha administración moderna ha legado serie acertijos desconcertantes, sacrificios preocupantes piden gritos audacia pensamiento enfoques diferentes. Durante transcurso de desarrollo administración moderna tirado a lona muchos problemas duros de doblegar: ha logrado descomponer actividades complejas pasos pequeños repetibles. Administración moderna ha dado mucho pero ha quitado mucho continua haciéndolo. Debemos aprender coordinar esfuerzos miles individuos sin inventar una jerarquía opresiva. Quizá practica administración evolucionando misma rapidez antes entorno cual enfrentan empresas siglo XXL mas volátil nunca. Investigación reciente L. G. Thomas, Richard D`Aveni muestra liderazgo industrias cambiando de manos mayor frecuencia  de ventaja competitiva pierde mas rápidamente nunca antes. Liberación unida tecnologías permiten reducir escalas, ha minimizando barreras entradas en toda gama industrias, desde editorial hasta telecomunicaciones, desde bancas hasta aerolíneas. Cada vez mas frecuente ver compañías enredadas redes valor, ecosistemas sobre cuales tienen apenas control parcial. Compañías farmacéuticas, estudios filmación, editoriales, diseñadores moda están luchando por adaptarse mundo el cual información ideas desean ser libres. Internet ha trasladado muy poco tiempo poder negociación las manos de productores a consumidores. Antes fidelidad clientes solía ser artificio altos costos búsqueda de información limitada. Ciclos vida de estrategias acortan. Gracias abundancia capital, al pode tercerización alcance global de red, posible echar andar empresas nuevas con mayor celeridad nunca, sin embargo cuanto mas rápidamente crece una empresa, mas pronto cumple promesa de modelo negocios nacional.
Estas nuevas realidades exigen capacidades organizativas y gerenciales diferentes. Para progresar mundo cada vez mas perturbador, empresas poder ser tan estratégicamente adaptables como ya son operativamente eficientes. Multitud creciente empresas de jóvenes que se refiere a ideas e inventivas, tendrán aprender  inspirar empleados para den lo mejor si mismos día tras día. Estos desafíos innovadores administración tendrán que enfrentar en el siglo XXL. Si usted ha pasado tiempo dentro de organizaciones grandes, sabe pedirles sean agiles estratégicamente, innovadores inquietas o algo mas eficientes es como pedirle a perro baile tango. Perros son cuadrúpedos. Bailar algo no viene codificado en su ADN. Mismo sucede corporaciones. ADN gerencial hace que algunas cosas sean fáciles pero otras virtualmente imposibles. Reingeniería, contabilidad costos, mejoramiento continuo, tercerización y montaje operaciones manufactura por fuera de territorio son cosas concuerdan perfectamente con proclividades genéticas compañías grandes. Administración moderna no simplemente conjunto herramientas y técnicas útiles: es paradigma, para tomar buen trozo del ya manido argot de Thomas Kuhn. Paradigma más que manera de pensar es forma ver el mundo, idea amplia profundamente generalizada acerca de tipos problemas que merecen la pena resolverse o que simplemente son susceptibles a resolverse.
Todos somos prisioneros nuestros paradigmas que eleva búsqueda eficiencia por encima cualquier otra meta. Si bien imposible fijar con exactitud fecha de nacimiento de administración moderna, mayoría historiadores ubican a Frederick Winslow Taylor, cerca inicio epopeya, lo consideran uno innovadores mas influyentes siglo XX. Taylor creía diseño trabajo basado un enfoque empírico determinado por datos traduciría incrementos importantes de productividad. Taylor sostenía que eficiencia era resultado de saber exactamente lo que espera que hagan empleados después cerciorarse que hagan la manera mejor y mas barata. Creía la administración podía convertirse una verdadera ciencia construida sobre cimientos de principios, leyes reglas claramente establecidos. Para Taylor, como para todo director ejecutivo interesado en economía para todo consultor predica eficiencia, el secreto para aumentar la productividad estaba en una administración sistemática. Contribución Taylor al proceso económico, al de administración general, se pone manifiesto más cien años productividad creciente en fábricas. Por ejemplo, entre 1890 y 1958 en Estados Unidos, producción fabril por ahora de trabajo aumento casi cinco veces, desde entonces ha continuado creciendo. Sin embargo, este incremento de la productividad trajo consigo una mayor  burocratización. Max Weber, renombrado sociólogo alemán contemporáneo de Taylor, veía la burocracia el súmmum organización social: Experiencia universal tiende demostrar la organización administrativa puramente burocrática es capaz, desde punto de vista puramente técnico, de generar mas alto grado eficiencia, en ese sentido es, formalmente, el medio mas racional conocido para poner practica control imperativo sobre seres humanos.
Varias características distinguía organización ideal de Weber: División del trabajo, responsabilidades claramente definidas para cada uno de los integrantes de organización. Miembros se elegían para puestos con base en idoneidad técnica o su formación. Poco hay en esto pudiera sorprender al gerente siglo XXL. Aunque Max Weber murió hace casi 90 años, el control, la precisión, la estabilidad, la disciplina y fiabilidad. Entonces, henos aquí, trabajando todavía con rompecabezas tipo Taylor, viviendo organizaciones tipo Weber. Justo aceptar salas juntas y oficinas ejecutivas  han reconocido muchos de nuevos desafíos que el siglo XXL plantea para gerencia ocasionalmente tropieza uno con intentos verdaderamente serios por innovar administración.
Entonces improvisamos, parcheamos y renovamos, creamos proyectos, unidades innovación en vez organizaciones innovadoras de pies a cabeza.

Conclusiones

·         Teorías administrativas siglo pasado fueron muy practicas momento dadas condiciones época las que  implementaron, pero hoy día; debido nuevas exigencias mercados, hace necesario innovar, evolucionar procesos administrativos, pro hacer organizaciones más adaptables cambios.
·         Tendencia administración moderna humanización sistemas productivos, para con ello obtener ventajas competitivas apoyados creatividad pleno nomina empleados no unos pocos creativos.
·         Democratización decisiones implicación empoderamiento trabajadores hace organizaciones más adaptables cambios exigidos por nuevos mercados.
·         Supervisión debe ir disminuyendo cada vez mas tendiendo sistemas autogestión, han demostrado ser más eficientes.
·         Se deben desechar todos conceptos  preceptos administrativos heredados intentar cambiar paradigmas administrativos que perjudican seriamente proceso creativo todos niveles organización, acarreando con ello atraso procesos innovación.
·         Organizaciones no inicien proceso innovación administrativa, creatividad evolutiva constante, están llamadas desaparecer o pagar muy caro retraso, pues está comprobado por insistir procesos tradicionales administrativos, muchas grandes organizaciones han perdido posición mercado muy difícilmente llegaran  recuperarlo.
·         No debe tener invertir innovación debe ser equitativo hora juzgar productividad  proceso innovador, pues si compara procesos establecidos, condenaran muerte  procesos que mediano largo plazo pueden generar ventajas competitivas ostensible.
·         El proceso innovador debe ser constante y permanente e insistente, inclusive se debe considerar como política organizacional.
·         Podríamos concluir nuestro país estamos bastante atrasados procesos innovación administrativa si tomamos como referente primera empresa país Ecopetrol S.A si bien han dado unos primeros pasos ritmo innovación bastante lento poco evolutivo, hay mucho por hacer proponer desde academia pro contribuir dicha evolución organizacional, para ello ayudar nuestras organizaciones sean sostenibles tiempo mercado cada vez más exigente cambiante.
BIBLIOGRAFIA:

jueves, 8 de marzo de 2012

El Taylorismo




Taylor  nació en Filadelfia dentro de una familia acomodada, pero él, decidió abandonar sus estudios de abogacía y concentrarse en el aprendizaje de un oficio para luego trabajar como jornalero en una industria de acero. Ahí adquirió experiencia que luego vertería en sus escritos, transcendiendo así las fronteras de su país hasta llegar a Francia, Alemania e Inglaterra donde empezarían a poner en práctica su método.
El taylorismo es definido como: “la ciencia de la administración del trabajo ajeno bajo condiciones capitalistas”[1].  Harry Braverman lo explica: “Investiga no solo al trabajo en general sino la adaptación del trabajo a las necesidades del capital. Se introduce en el lugar del trabajo no como el representante de la ciencia, sino como el representante de la administración patronal enmascarada con los arreos de la ciencia”.  A mediados del siglo XIX comenzaron a aparecer asociaciones de empresarios y científicos que buscaban mejores métodos de trabajo; es por ello que historiados afirman que Taylor no inventó nada nuevo, sino que resumió y expuso en sus obras las ideas que habían ido surgiendo en el siglo XIX en Gran Bretaña y Estados Unidos.

Los intereses
La Guerra Civil (1861-1865) permitió a las grandes industrias del nordeste almacenar más tierras y explotarlas. Pero para ello debían dejar atrás las tradicionales formas de administración familiar; lo que incluye la necesidad de centralizar de forma jerárquica los departamentos y sobre todo eliminar la rigidez del mercado de trabajo. La inmigración permitió terminar con las trabas cuantitativas y la acumulación
● La primera oleada (1815-1860): Alrededor de 5 millones de personas emigraron por los procesos de expulsión de las tierras y el crecimiento de la industrialización en Europa del noreste, lo que generó la mano de obra numerosa y disciplinada. La mayoría eran irlandeses (habían sido instruidos en G. Bretaña) pero también escoses, alemanes y franceses fueron quienes se movilizaron hacia la costa sur, ya que solo el 10% había podido obtener un lugar en la agricultura.
● La segunda Oleada (1860-1914): Proveniente del sur y del este de Europa provocó que los mercados de trabajo rusos, austrohúngaros e italianos se vieran fuertemente modificados por sus características. Quienes inmigraban eran obreros sin experiencia ni contacto con el mundo industrial. Pero todavía había mas diferencias. Como afirma Coriat esta oleada estaba formada por “… trabajadores ya hechos, y en su mayoría masculinos. Es, en total, una inmigración de trabajo, que descarga al capital de los gastos de la educación y frecuentemente de mantenimiento de la familia”. Esta situación creaba un panorama perfecto para USA que estaba por zarpar: una gran cantidad de obreros no cualificados (unskilled) y sin práctica junto con un escaso número de obreros de oficio que habían podido eludir las leyes antiemigratorias –American Federation of Labour (A.F.L.)-Así comenzaba a formarse el obrero descualificado y desindicalizado que el taylorismo estaba buscando; porque su mano de obra era mucho mas económica que la de obreros cualificados, sumado a que no tenía los elementos para poder defender su verdadero valor. La introducción del cronometro derivó en la destrucción de la A.F.L. y la consecuente ascensión del taylorismo. Además junto con esto se dio origen a un movimiento llamado “open shop movement” a partir del cual se le abrieron las puertas a trabajadores no calificados dejando afuera a los obreros de oficio y sus sindicatos. El único escollo era la holganza sistemática, que la desarrollaremos a continuación. “La evidencia de  expuesto no deja lugar a dudad: el taylorismo como estrategia inmanente al modo de producción capitalista y su afiliación, no ya con los mejores métodos de división del trabajo sino con la mejor forma de disciplinar y controlar el trabajo ajeno bajo condiciones capitalistas, resulta innegable”[2]     

La organización científica del trabajo

El taylorismo parte con la idea de eliminar los tiempos de inactividad  dentro del horario de trabajo. Con esto no nos referimos a un aumento de las horas trabajadas sino del uso efectivo de ese tiempo para así intensificar el trabajo. Taylor afirmaba, partiendo de su experiencia en los talleres de la Compañía de Aceros Midvale, que los viejos esquemas no supieron detectar la holganza sistemática de los obreros; y esta era el obstáculo principal que impedía llegar a su objetivo. Él supo detectar dos tipos de holganzas presentes en los trabajadores: por un lado la flojera “natural” y por el otro la “sistemática”. La primera hace referencia a  la predisposición que tiene el hombre a siempre hacer le menor esfuerzo y esta resulta imborrable. En cambio la segunda se adquiere por el trabajo realizado en conjunto debido a que estos requieren un menor esfuerzo y si se trabaja con una persona inactiva, esta inactividad se contagia. Es por ello que considera que los obreros tienen como objetivo mantener desinformado al patrón de los tiempos que requiere cada pieza para su construcción. Los obreros aunque estaban regulados por órdenes y disciplinas, esto no funcionaba debido a que ellos tenían la iniciativa en los procesos de trabajo, lo que impedía la aplicación del máximo esfuerzo durante la jornada laboral. Para combatir esto Taylor propuso que el control y dictado de cada pasado debía pasar a  la gerencia, quien les expropiaría su saber y lo monopolizaría, destruyendo así el oficio, debido a que si el trabajo de cada operario queda planificado por la dirección entonces el obrero no requerirá de condiciones elevadas.
Para la aplicación de la administración científica hay que tener en cuenta tres principios establecidos por Taylor.
● Disociación del proceso de trabajo de la pericia de los obreros. (Nombre dado por Braverman): la gerencia toma los conocimientos que antes pertenecían a los obreros, los clasifican, ordenan  y los reducen a reglas y fórmulas.
● Separación de la concepción de la ejecución: Todo el trabajo cerebral pasa a manos del departamento de planeación o diseño. El obrero queda sujeto a los conocimientos del capital y este es el que le asigna tareas más simplificadas para que desarrolle pero sin el conocimiento técnico o científico que esta conlleva. Esto permitió abaratar la mano de obra y que el control estuviera en mano de la dirección.    
●  Uso del monopolio del conocimiento para controlar cada paso del proceso y su modo de ejecución.
A partir de esta base se desarrollarán formas de administración durante el siglo XX.
Con el Taylorismo se establecieron dos nuevos saberes: Por un lado que “el conocimiento y el control de los modos operatorios industriales son propiedad exclusiva de la clase obrera (…). Segundo, que este monopolio es lo que hace  ineliminable el control obrero de los tiempos de producción”[3].Esto fue lo que permitió imponer en los talleres las regulaciones patronales, lo que trajo consecuentemente un aumento en la tasa de las ganancias a partir del aumento de la productividad. Queda así configurando un ambiente donde el cronometro toma un papel central para el estudio de los tiempos y del movimiento.   







Robert Owen Percusor de la administración




Robert Owen es estudiado hoy como por los historiadores del socialismo bajo la etiqueta de “socialista utópico”. Esto hace que identifiquemos las fábricas de New Lannark con los experimentos que llevó a cabo en su intento de establecer una nueva sociedad basada en el ideal cooperativo, como New Harmony. En este trabajo se defiende que se trata de dos experiencias muy diferentes. New Harmony fue un fracaso cuya explicación interesa a los historiadores del socialismo. En cambio, New Lannark fue un hito en la organización racional del trabajo, precisamente por su éxito también desde el punto de vista empresarial, y no solo filantrópico. La organización del trabajo puesta en práctica por Owen debido a su experiencia empresarial, merece un estudio desde el punto de vista de la historia empresarial, y la biografía de Owen hasta 1812 es la de un empresario destacado de la Revolución Industrial.
Los socialistas utópicos defienden la cooperativa como  instrumento de reforma moral y política, debido a sus ideales socialistas basados en la perfectibilidad del ser humano mediante la educación y la mejora de su entorno. Consideran que la cooperativa es la mejor forma de organización de la unidad productiva, porque dentro de ella el incentivo para el trabajo es mayor que el mero salario. Esta organización eficiente de la producción nos llevará a la abundancia, lo que a su vez facilitará esa reforma moral que pretenden. Pero hasta que llegue esa abundancia, son precisamente los socialistas, marxistas o utópicos, los que comprenden que lo más importante del sistema económico y social que está surgiendo de la Revolución Industrial está en las relaciones laborales dentro de la fábrica. Los teóricos de la gestión de recursos humanos que hoy estudiamos, a partir de Taylor, son más de un siglo posteriores; y los economistas hace tan sólo unas décadas que se ocupan del tema.
         Los marxistas, una vez sentado su objetivo revolucionario, se ocupan de las relaciones laborales para mostrar la explotación de los trabajadores por los capitalistas.[2] Hasta después de la Revolución rusa de 1917 no caerán en la cuenta de que el problema de los incentivos para hacer más productivos a los trabajadores no desaparece con el triunfo de la revolución política. Los socialistas utópicos, en cambio, al pensar en unidades productivas más pequeñas, se ocupan continuamente de cómo deben organizarse de la forma más eficiente. Al no ser radicales en su enfrentamiento con las clases pudientes, apelan a sus sentimientos humanitarios; pero también a sus intereses, porque están convencidos de que sus propuestas no sólo traerán la felicidad, sino que son plenamente rentables. Esta falta de compromiso con la lucha de clases sacaba de quicio a Marx, que los anatemiza en elManifiesto Comunista; eso es en 1848, casi medio siglo después de que Robert Owen haya gestionado con éxito sus empresas.  Pero el fracaso de la economía soviética, precisamente en la organización de la producción, nos dice bien claro que mejor hubieran hecho los revolucionarios en atender a las explicaciones de los cooperativistas, y especialmente a los métodos realmente empleados por Owenantes de defender las cooperativas como forma eficiente de organización de la producción.
El joven Owen, un empresario triunfador
Robert Owen nació en Newtown, en Gales, en 1771. Era un pueblo de unos mil habitantes, centro de comercio de una comarca rural. Su padre tenía un negocio de guarnicionería y ferretería. En la escuela del pueblo aprendió lo básico, pero tenía acceso a las bibliotecas de la gente ilustrada del pueblo, y solía leer una novela cada día. Con nueve años dejó la escuela, en la que destacaba tanto como para que el maestro le tomase, desde los siete años, como ayudante para enseñar a leer, escribir y la aritmética a los demás niños. Entró a trabajar de aprendiz en una de las tiendas importantes del pueblo, trabajando todos los días pero viviendo con sus padres. Pero nuestro chaval quería ver mundo, y con diez años sus padres le enviaron a Londres, donde uno de sus hermanos estaba bien establecido en el mismo oficio que había aprendido de su padre. Con recomendaciones familiares consiguió trabajo de aprendiz en Stamford, una "ciudad de provincias", ciento sesenta kilómetros al norte de Londres en la ruta hacia Manchester y Escocia. En su Autobiografía, Owen siempre da los detalles comerciales, técnicos, salarios, todo detallado de la manera que llama la atención del intelectual, pero que no sorprendería a ninguno de sus colegas en los negocios.  (Resulta notable que los escritos políticos de Owen sean repetitivos y bien poco atractivos, y sin embargo su Autobiografía, escrita como cualquier autobiografía de un hombre de negocios triunfador y en un lenguaje nada grandilocuente y siempre llena de datos, sea el único de sus libros atractivo y agradable de leer). Su contrato era por tres años; el primero sin paga, el segundo con un salario anual de 8 libras, y 10 libras el tercero. Todo ello con alojamiento, comida y lavado de ropa en la casa. ("Desde entonces, con diez años, nunca más necesité dinero de mis padres", nos dice Owen). El empresario, James McGuffon, era un comerciante reputado, hecho a sí mismo, que trató al chaval como uno más de la familia, y su biblioteca permitió a Owen seguir leyendo. Pero nos interesa lo que empieza a ser una formación empresarial práctica. "El señor McGuffon me introdujo cuidadosamente en la rutina de los negocios, me enseñó sus detalles, hasta acostumbrarme al orden y a la precisión. El negocio funcionaba de acuerdo a un sistema bien diseñado, con resultados muy rentables" (p. 17). Era un comercio textil de importancia, sobre todo de ropa de lujo para mujer, y muchos de los clientes eran de la más alta nobleza. Owen destaca por igual dos cosas que aprendió: las maneras de aquella gente, y el trato cuidadoso con las mercancías finas y delicadas.
Pasados los tres años, nuestro adolescente seguía queriendo ver mundo, y eso significaba Londres, Londres, Londres. Con las recomendaciones de McGuffon entró a trabajar en una gran tienda de tejidos de Londres, "Flint and Palmer", en London Bridge. Tenía comida y alojamiento en la casa, "y un salario de 25 libras anuales, y me consideré a mí mismo rico e independiente" (p. 25). Pero los clientes eran muy diferentes, muchos de clase inferior; y recibían un trato impersonal, sin coba ni regateo en el precio. En la temporada de más actividad, la tienda permanecía abierta desde las ocho de la mañana hasta las once de la noche, los empleados tenían que madrugar bastante más para llegar vestidos y peinados de forma impecable. Comían algo rápidamente y por turnos, y luego se quedaban ordenando el género, ya sin los clientes en el establecimiento, hasta las dos de la mañana. Demasiado, aunque fuera en Londres. Owen utilizó sus recomendaciones y consiguió trabajo en un comercio importante de Manchester, con un salario, además del alojamiento, de 40 libras anuales, que ya era dinero. Las condiciones de trabajo eran buenas, los empleados solían ser de buena familia, y Owen trabajó allí hasta los 18 años.
New Lanark bajo la dirección de Robert Owen
         En New Lanark Owen no solo se propone llevar a cabo una buena gestión empresarial, sino un experimento social. Eso dice en su Autobiografía, escrita en 1857. Pero lo cierto es que hasta 1812 Owen no tiene nada que ver con la política, piensa y siente como un industrial y lo único que le preocupa de los círculos intelectuales y distinguidos es cómo consolidar en ellos su posición social a pesar de su acento galés y su escasa educación formal. Así que analicemos su trabajo en New Lanark, sin preocuparnos de si lo hacía como empresario o como filántropo. De lo que no cabe duda es de que lo hacía bien como empresario: el establecimiento aumento su valor y no dejó de producir importantes beneficios, además de proporcionarle a él uno de los salarios más altos de la época (García Ruiz, 1994, pp. 28-29).
         Owen y sus contemporáneos describen el pueblo industrial de New Lanark como la antítesis de una población adecuada para la industria: la depravación moral que todos señalan se traduce, en lenguaje actual de gestión de personal, en alcoholismo,  delincuencia (que incluye sobre todo robos en las fábricas), absentismo, nula motivación y escasa productividad. No cabía esperar otra cosa, a pesar de que David Dale tenía sin duda mucho mejor corazón que la mayoría de sus colegas industriales. Especialmente sobrecogedoras, sea cual sea su resultado en la productividad, son las condiciones de trabajo de los niños. Los empresarios de las fábricas eran responsables de su comida, vestimenta, alojamiento y educación, pero bien pocos lo hacían en condiciones humanas. Los niños, en consecuencia, apenas crecían y estaban pálidos y con deformaciones físicas, y casi siempre analfabetos. No existía ninguna seguridad física en el trabajo, y muchos niños resultaban muertos o heridos en accidentes de laborales. New Lanark era, antes de llegar Owen, un establecimiento mucho más humanitario de lo normal, en cuanto a alimentación, alojamiento y escolarización; aún así, resulta, para un lector moderno, aterrador tan solo imaginarlo. En cuanto a la escolarización, en 1796, David Dale informaba al Manchester Board of Health que, de los 500 niños, 80 sabían leer, 24 de ellos lo suficientemente bien como para no necesitar más escolarización. 
New Lanark es el paradigma de la dislocación que supuso para la sociedad británica la Revolución Industrial. Era un pueblo completamente nuevo, de más de dos mil habitantes.  Owen llama ciudad ("market town") a su Newtown natal, de unos mil habitantes; pero todos llaman pueblo, "village", a New Lanark. De los 2.000 trabajadores, 500 eran niños, reclutados generalmente de orfanatos (workhouses) de Edimburgo y Glasgow, porque los trabajadores eran reacios a permitir que sus hijos trabajasen en las fábricas. Los niños eran adecuados para ese trabajo, no solo por su bajo coste, sino porque su pequeño tamaño les permitía introducirse en los entresijos de las máquinas para recoger el algodón que iba cayendo o revisar posibles averías. Todo esto se hacía continuamente, mientras las máquinas estaban funcionando.  La mayoría de los obreros procedían de remotas aldeas en las Highlands de Escocia, y ni siquiera habían visto nunca un edificio de varias plantas, como el que albergaba el impresionante ingenio que con una gran rueda movida por el agua en el sótano, distribuía a las diferentes plantas la energía para que funcionasen los telares. [Figura nº 1.-  Dibujo del edificio principal y el mecanismo de utilización de la fuerza motriz del agua, en New Lanark.] [Figura nº 2.-  Las fábricas de algodón de New Lanark, según una ilustración de la época.]  Los niños eran la verdadera mano de obra de las fábricas. Empezaban a trabajar a los cinco o seis años, con una jornada de trabajo de hasta catorce o incluso dieciséis horas, y a los poco años su palidez y malformaciones físicas eran inevitables. No es de extrañar que fuera precisamente en este terreno donde confluyeran el Owen industrial y el Owen reformador social, en un sentimiento compartido por muchos de las clases acomodadas. Las críticas a la religión, a la familia, y a la propiedad privada, alejaron después a Owen del respeto de los bienpensantes. Pero en la primera década del siglo XIX, su nombre significaba todo menos socialismo utópico: conjugaba los sentimientos humanitarios de buena parte de la clase acomodada e ilustrada ("la fábrica llegó a representar para la conciencia puritana la imagen perfecta del infierno", nos dice García Ruiz, 1994, p. 29, citando a Mantoux) con la evidencia contrastada en New Lanark de que unas condiciones de trabajo mejores no disminuían sino aumentaban la rentabilidad de las grandes fábricas. Conviene recordar aquí que Richard Arkwright, el coloso empresarial del mismo momento y sector que Owen, y al que no conocemos intereses distintos que los empresariales, nunca permitió que sus trabajadores excedieran las doce horas de jornada diaria, cuando en la mayoría de las fábricas esta jornada era de catorce horas o más (George, p. 56).